La exposición cambiaria es un término que se refiere a la vulnerabilidad de una inversión, flujo de efectivo o posición financiera a las variaciones en el tipo de cambio de dos monedas.

 

Las divisas están constantemente expuestas a las fluctuaciones de los tipos de cambio en el mercado mundial de divisas, lo que las hace inherentemente volátiles.

 

Los tenedores de una moneda determinada son vulnerables a su depreciación frente a otras monedas.

 

Las empresas que trabajan en múltiples monedas están particularmente expuestas a este riesgo.

 

Cuanto mayor sea el número de divisas y los volúmenes de dinero involucrados, mayor será la exposición o, en otras palabras, mayor será la amenaza potencial para los márgenes de beneficio y el resultado final de la empresa.

 

La exposición cambiaria se puede cuantificar como el monto total de capital involucrado en todas las transacciones dividido por el monto total de capital involucrado en las transacciones de cambio de divisas.

 

Cuanto mayor sea el volumen resultante, mayor será la exposición a divisas y mayor será la necesidad de implementar una estrategia sólida de gestión de la exposición a divisas.

 

Con el fin de proteger sus márgenes de beneficio, las empresas implementan estrategias para gestionar la exposición a divisas.

 

Estos pueden variar desde simples contratos a plazo hasta alternativas más sofisticadas como la cobertura dinámica, que les permite automatizar completamente su gestión de riesgos de divisas.