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El término rescate se hizo muy conocido durante la Gran Crisis Financiera (GFC) de 2008, cuando los gobiernos de todo el mundo gastaron casi un billón de dólares para rescatar a sus bancos del colapso.
El término bail-in fue acuñado después de la crisis por los banqueros que querían asegurarle al público que los mayores prestamistas podrían sobrevivir sin más dádivas de los contribuyentes. Así que se supone que el rescate es el antídoto contra el rescate.
¿Qué es un bail-in?
Un bail-in obliga a los inversionistas en los bonos de un banco cuando un prestamista quiebra.
Los bancos se arruinan cuando desaparece el capital de sus accionistas, lo que sucede cuando los préstamos o las inversiones que han hecho fracasan.
A cambio de reducir el valor de su bono, lo que se conoce como amortización , los acreedores suelen recibir acciones del banco en un canje de deuda por acciones .
La amortización es el equivalente al capital fresco y permite que el banco siga funcionando, al menos por un tiempo.
Cuando rescata a los acreedores, se convierten en nuevos accionistas del banco mientras pasa por un proceso de resolución similar a la quiebra.
Es menos perturbador porque el banco puede seguir funcionando con el capital fresco de los acreedores.
Aunque originalmente se interpretó como parte de un mecanismo de resolución rápida, el término bail-in ha llegado a cubrir todos los casos de reparto de pérdidas de los acreedores cuando un banco tiene problemas.
El enfoque de recapitalización interna se inventó en 2010, cuando los ejecutivos de Credit Suisse Group AG lo propusieron como un mecanismo para reemplazar los rescates.
Estados Unidos y la Unión Europea incluyeron más tarde el concepto en nuevas leyes.
¿Cuál es el caso de bail-in?
Los banqueros y la mayoría de los reguladores han argumentado durante mucho tiempo que los bancos no pueden someterse a un proceso regular de quiebra porque sus activos pierden valor extremadamente rápido.
Una resolución supervisada por el regulador que mantiene un banco en funcionamiento mientras lo liquida podría ayudar a evitar una pérdida de valor.
Los bancos necesitan financiación continua para mantener sus activos y un rescate proporciona capital fresco para ayudar a cerrar la brecha.
Los acreedores que se rescatan en beneficio si los activos pueden venderse de manera ordenada.
También se supone que poner a los tenedores de bonos en el anzuelo reduce el riesgo moral creado por los rescates.
El riesgo moral es la idea de que los bancos asumirán mayores riesgos si asumen que el gobierno intervendrá en caso de que las cosas salgan mal.