El efecto Fisher describe la relación entre las tasas de interés y la inflación. Según Irving Fisher, el cerebro detrás de esta asombrosa teoría, la tasa de interés real es igual a la tasa de interés nominal menos la inflación esperada.

Manteniendo constante la tasa de interés real, un aumento en la inflación esperada debería ir acompañado de un aumento en la tasa de interés nominal. En otras palabras, si un banco central espera un aumento considerable en los niveles de precios, podría aumentar las tasas en consecuencia.