Flotación sucia o flotación administrada son dos términos que se refieren a un régimen de moneda extranjera por el cual un banco central interviene en los mercados de divisas para manipular el equilibrio de oferta y demanda con el fin de frenar la volatilidad de una moneda específica.

 

Las intervenciones del banco central tienen como objetivo evitar las consecuencias de los shocks económicos o ataques especulativos que podrían causar fluctuaciones salvajes en el tipo de cambio con implicaciones potencialmente desastrosas para las economías nacionales.

 

Durante décadas, las monedas de los principales países industrializados tuvieron un sistema de tipo de cambio fijo, que se abrió gradualmente en las décadas de 1980 y 1990 con el advenimiento de la liberalización comercial y la globalización.

 

Ahora, las monedas de la mayoría de los países desarrollados tienen tasas de libre flotación oficialmente, aunque sus bancos centrales ocasionalmente toman medidas en el mercado de divisas para limitar esa flotabilidad.

 

Estas acciones destinadas a proteger la estabilidad económica tienden a tener consecuencias ventajosas para las empresas internacionales, ya que limitan su riesgo cambiario .

 

Por ejemplo, el Banco Nacional Suizo (SNB) mantuvo un “piso de moneda” de 1,20 en EURCHF para evitar una apreciación excesiva del franco suizo frente a la moneda de sus principales socios comerciales en la UE.

 

La apreciación de la moneda del franco suizo dañaría la competitividad de las exportaciones suizas.

 

En enero de 2005, después de años de operaciones de mercado para defender ese límite, el SNB decidió abandonar el piso de 1,20 sin previo aviso, lo que provocó una devaluación masiva del euro.

 

Eliminación de piso SNB